lunes, 2 de mayo de 2011

BUSCANDO RESPUESTAS AL RETO DE LA DIVERSIDAD

MCEP (Movimiento Cooperativo de Escuela Popular)

EDITORIAL del nº 50 ( Sept. Oct. Nov. 98 ) de la revista Kikirikí del MCEP de Sevilla.

Es evidente que a medida que el sistema educativo ha avanzado como organización colectiva encargada de la socialización de las jóvenes generaciones ha ido aumentando los problemas relacionados con la diversidad por cuanto éstos entrecruzan la práctica educativa a distintos niveles tanto desde los macropolíticos y organizativos como desde los didácticos y prácticos.

El tratamiento que la institución escolar está dando al problema de la diversidad refleja las múltiples contradicciones que el sistema educativo tiene planteadas. En un principio las autoridades educativas trataron de paliar las desigualdades más llamativas del Sistema Educativo mediante la implantación de diversos programas de integración, coeducación o compensación con el fin de atender las desigualdades generadas por las diferencias de género, nivel intelectual y cultural; diferencias y deficiencias que en estos momentos posmodernos tienden a diluirse en otras más sutiles, provocadas entre otras razones por las enormes desigualdades económicas y sociales que se dan entre las diversas capas de la población y que se manifiestan en las grandes diferencias que se establecen entre quienes pueden comer y quienes no pueden comer, entre quienes pueden llevar una escolaridad sana y previsible de éxito académico y quienes la llevan abocadas al fracaso, … Es precisamente aquí donde se manifiesta, en toda su dimensión, la incapacidad de la institución escolar para atender las desigualdades iniciales ante el curriculum, desigualdades que son el resultado de las diferencias y deficiencias específicas de la población, realidad que trata de obviar el actual discurso de tecnócrata de corte conservador resaltando el término diversidad en prejuicio de los términos diferencias y deficiencias.

Necesariamente, esto nos induce a cuestionarnos el papel de una escuela como la actual que, a través de una estructura organizativa caduca y de unos contenidos enlatados y descontextualizados, se enfrenta al problema, que las sociedades democráticas tienen planteados, de ofrecer una escuela común para todos y todas cuando todas y todos no tienen la misma oportunidad de salir con éxito de la escuela. La escolarización de amplias capas de población infantil y juvenil es una solución insuficiente que, si bien ha reducido los niveles de discriminación cuantitativamente, no ha sido capaz de abordar óptimamente la discriminación cualitativa e interna. Esto impide reconocer las enormes desigualdades existente entre la población escolarizada por la enorme heterogeneidad del alumnado que se manifiesta en sus diferentes niveles experienciales y en los diferentes niveles culturales de las familias, en la diversidad cultural y en la desigualdad de oportunidades educativas, …

La solución no está en introducir más o menos opcionalidad curricular o diversidad curricular en el sistema escolar porque quizás, sutilmente, se esté enfatizando aún más la discriminación al aumentar las diferencias, sino en ofertar un curriculum común que fomente, compense y favorezca el que todos y todas tengan la oportunidad de progresar con él. La complejidad del problema impide abordar su solución desde una perspectiva pedagógica que favorezca sólo la modificación de la metodología, el curriculum, las programaciones o el proyecto curricular. No podemos olvidar que la propia organización escolar, la vida en la escuela, los libros de texto, … fomentan la homogeneización. Será, por tanto, necesario abordar el problema de la diversidad como un problema de desigualdad ante un curriculum que no es neutral. Esta ausencia de neutralidad del curriculum confiere a este problema una dimensión ideológica que afecta tanto a las decisiones macropolíticas como a la intervención docente, guiada esta última por valores y creencias que conciben la homogeneidad como más cómoda y eficaz para aumentar la calidad del sistema educativo cuando la heterogeneidad podría beneficiar al proceso educativo tanto a nivel formativo como vivencial.

Creemos que en la búsqueda reflexiva y compartida de respuestas a muchas de las interrogantes que aún tiene planteadas el sistema educativo podría encontrarse la clave que ayude a construir una escuela con capacidad de educar en y para la diversidad.

RACISMO, XENOFOBIA Y ESCUELA INTERCULTURAL

(Revista Padres de Alumnos nº 61 - CEAPA)

Pedro Salguero Rodríguez

Presidente de FAPA La Rioja

RACISMO Y XENOFOBIA


Aunque racismo y xenofobia sean conceptos muy relacionados, en realidad, el racismo es un comportamiento inspirado en una doctrina que establece la jerarquización de los diferentes grupos humanos, diferenciados por sus características raciales. Es por tanto una ideología. Ideología que, durante el siglo XIX pretendió dotarse de fundamentos científicos asegurando que diferencias genéticas provocaban las correspondientes desigualdades de inteligencia, desarrollo cultural, afectividad, personalidad,... y, en consecuencia, justificaban el dominio de un grupo humano sobre otro, a la par que atribuía a todos los individuos del grupo las mismas características, creando el correspondiente estereotipo de cada grupo. Este componente ideológico ha impregnado doctrinas políticas y comportamientos sociales entre las que se pueden destacar: el nacionalsocialismo de Hitler, el fascismo de Mussolini, una larga tradición de comportamientos post-esclavistas en Estados Unidos, más marcados y persistentes en los estados sureños que pertenecieron a la Confederación y llegó a inspirar la mismísima Constitución y una amplia legislación derivada en la República de Sudáfrica hasta la abolición del "apartheid" en 1991.

El principio ético de igualdad entre todos los seres humanos en cuanto a dignidad y derechos sería suficiente para dejar sin efecto toda discusión sobre el racismo, pero es que ni siquiera es necesario recurrir a este principio, porque científicamente ha quedado perfectamente demostrado, no sólo la falsedad de la relación de causa entre las diferencias genéticas y las de inteligencia y comportamiento, sino también que los estereotipos grupales son un puro camelo, ya que se fundamentan, cuando existen, en situaciones socio-culturales y nunca en determinaciones genéticas.

A todo lo anterior hay que sumar la dificultad añadida de ser racista en España, ya que partiendo de una mezcla celtibérica recibimos aportes de sangre fenicia y cartaginesa, posteriormente el ejército romano, que no se distinguía precisamente por ser de "pura raza", distribuyó genes variados por "Cesaraugustas", "Legioseptimas" y "Eméritas". Cuando los Reyes Católicos expulsaron el pueblo árabe, muchos de sus individuos se quedaron y sobre todo se quedaron los genes entremezclados durante ocho siglos. Algo parecido se puede decir del pueblo judío. Con semejante amalgama, a ver quien distingue aquí la raza autóctona por el color de la piel, de los ojos, del pelo, capacidad craneana, ángulo de la nariz o "errehaches".

Después de lo expuesto creo que se puede afirmar que sólo queden tintes de racismo con este matiz de doctrina ideológica en unos pocos grupúsculos de media docena de descerebrados. A diferencia de lo que ocurre con el racismo, la xenofobia no es una doctrina ideológica, sino un conjunto de actitudes que se identifican con la hostilidad, el rechazo, el odio hacia lo extranjero, hacia las personas, hacia su aspecto, sus costumbres, su religión,... Este tipo de actitudes sí que surgen por doquier cuando la proporción de la población inmigrante aumenta y empiezan a aparecer roces laborales, escolares, de seguridad ciudadana, de drogas o de cualquier otro tipo. Los mismos roces que son habituales en cualquiera de las muchas localidades donde no existen aún poblaciones inmigrantes de cierto tamaño, pero en las que, precisamente por este hecho, no pueden traducirse en actitudes xenófobas.

Hay que llamar la atención sobre un detalle que puede pasar desapercibido y es que la xenofobia no se manifiesta solamente en aquellas acciones con resultados a veces abominables, sino de manera más cercana en los prejuicios, opiniones o comportamientos negativos o ambiguos y omisiones ante las discriminaciones que ocurren a nuestro alrededor, en nuestro barrio, o en nuestro colegio y en las que, sin participar directamente, somos testigos pasivos y culpables por ello.

Las actitudes de desprecio y de rechazo se dan con mayor frecuencia entre las clases sociales de menor nivel adquisitivo y cultural, porque es evidente que a un extranjero rico o prestigioso nadie lo desprecia. Cuando un jeque árabe viene a su mansión de la Costa del Sol, gentes del pueblo, en paro, hacen cola en la puerta para intentar conseguir un trabajo ocasional, pero cuando es el árabe el que viene, unos kilómetros hacia el este, a buscar trabajo al " mar de plástico" de los invernaderos, las mismas gentes del pueblo entran en conflicto con él. En Madrid , Roberto Carlos despierta pasiones de admiración, incluso en grupos de seguidores fanáticos de su equipo que pueden llegar a tener tintes racistas y que, sin embargo reconocen a este sudamericano como un auténtico ídolo, a nada que le meta un golazo al Barcelona. Pero por el contrario, la dominicana asesinada en Aravaca y todo el grupo con el que ésta vivía lo que recibían era odio de ese grupúsculo de asesinos que acabó con su vida.


Sociedad y educación

No podemos asociar cualquier idea de innovación didáctica con una orientación realmente alternativa (...)

No podemos asociar cualquier idea de innovación didáctica con una orientación realmente alternativa.

Hoy, criticada la enseñanza tradicional y transmisiva (aunque persiste en la práctica), es necesario también ir más allá de la “pedagogía activa”. Al conjunto de reflexiones teóricas en las que enmarcamos cada elemento concreto hemos dado en llamarlo enfoque socioeducativo, pues integra aspectos sociales y educativos.

Así, la función de la educación es la consecución de logros con significación personal por parte de quienes intervienen en ella, a la vez que se busca la mejora y la transformación social a través de un mayor compromiso de las personas en su entorno concreto y en el sistema global. De esta finalidad, diferente a la de la “pedagogía activa” (cuya finalidad explícita es mejorar los aprendizajes individuales), se derivan modos de actuar coherentes con ella (“actividad con sentido”, “relación escuela-entorno”...).

  • El sistema educativo es en realidad una parte del sistema social: la institución escolar actúa dentro de la sociedad, necesariamente; cumple unas funciones concretas e interactúa con las realidades sociales, que le trascienden, y que vienen dadas por un sistema socioeconómico capitalista de consumo y por un sistema político de democracia delegada.

    • La escuela no puede, por sí misma, conseguir transformar la sociedad o el entorno, pero sí puede contribuir a una acción democratizadora y compensadora.

    • Complementariamente, hay que exigir que esta acción transformadora se lleve a cabo desde todos los ámbitos: político, socioeconómico, cultural, etc.

  • Hoy, las funciones que la sociedad asigna al sistema escolar tienen contradicciones entre sí y a veces son abiertamente incompatibles, especialmente cuando consideramos las “implícitas” (selección social, reproducción ideológica...) frente a las “explícitas” (educación para todos, conocimiento crítico...).

  • Las características de la sociedad en la que vivimos, a la vez que permiten una serie de posibilidades educativas (cierto grado de libertad personal, democracia formal, acceso a realidades lejanas...) dificultan otros objetivos (esfuerzo, atención, pensamiento crítico, experiencias directas...).

  • La sociedad actual excluye y no integra, en relación con la educación, a través de mecanismos como la “igualdad de oportunidades” (entendida como “dar” a todos lo mismo, como si los niveles de partida fuesen los mismos), el modelo cultural único que impone la escuela, la concepción centralista como modelo eficaz, la participación delegada que no aborda los conflictos, el uso mercantilista de la educación, la jerarquización entre centros, la existencia de centros privados, etc.

Redes sociales y educación: hacia la innovación didáctica

Laia Mestres i Salud. Redacción de Educaweb.com
31/01/2011
En los últimos años, la forma de comunicarse y de interactuar de los usuarios de Internet se ha visto influenciada por las redes sociales. En esencia, se trata de páginas web que agrupan a usuarios unidos por intereses comunes. Son una herramienta fundamental para mantener el contacto con amigos, familiares y compañeros en el entorno personal. También permiten conectar a personas con intereses profesionales similares, establecer relaciones laborales y compartir conocimiento e información.

¿Son las redes sociales una moda, una tendencia, una revolución...? Portales como Facebook, MySpace, Tuenti, Twitter, Linkedin, etc. nos ofrecen la posibilidad de interactuar y además, abren la puerta a lainnovación didáctica. En este sentido, parece innegable que las redes sociales favorecen, como mínimo, nuevas oportunidades de aprendizaje, sobre todo si tenemos en cuenta las teorías que destacan al alumno como centro del proceso educativo, participando activamente e implicándose, en lugar de ser un mero receptor de la información.

En el monográfico 224 sobre Redes Sociales y Educación hemos querido profundizar en el uso de estos canales en el entorno educativo.

El uso de las Redes Sociales


El uso de las redes sociales ha aumentado en los últimos años de forma exponencial. De hecho, según una encuesta realizada por DEP Instituto a 1200 usuarios de Educaweb, el 77,6% afirma tener un perfil en algún blog o red social. Estos datos coinciden con los presentados por la Agencia 101, que destaca que el 80% de los internautas pertenece a una red social.

Algunas de las páginas más populares son Facebook, Twitter, Myspace, etc. aunque los centros educativos empiezan a crear sus propias aplicaciones para favorecer la interacción y el intercambio entre sus estudiantes, profesorado y personal. Según datos de la Agencia 101, Facebook tiene más de 12 millones de usuarios activos en España y Tuenti es la segunda red social más utilizada. Así pues, no es de extrañar que cinco de las diez páginas más visitadas en este país sean redes sociales.

¿Cuál es la situación de los menores de edad respecto a las redes sociales? Los niños cada vez acceden a Internet a edades más tempranas. Según el estudio EU Kids Online de la Comisión Europea, uno de cada tres niños de 9 a 10 años utilizan Internet diariamente y esta proporción alcanza el 77% entre los jóvenes de entre 15 y 16 años. Si se analizan los usuarios de redes sociales, se observa que el 29% (una media de todos los países analizados) tiene un perfil público.

En España, las redes sociales tienen un gran éxito entre los menores de entre 10 y 18 años y una gran parte de ellos son usuarios avanzados de Internet. El informe "Menores y Redes Sociales" elaborado por el Foro Generaciones Interactivas concluye que el 35% de los menores internautas tienen dos o más perfiles en las redes sociales (generalmente Tuenti y Facebook) y un 34% tiene perfil en una sola red social (mayoritariamente Tuenti).

Los que no tienen ningún perfil corresponden a la franja de edad de 10 a 12 años, ya que, en general, empiezan a introducirse en estas herramientas a partir de los 13 años. Aún así, el estudio EU Kids Online, muestra que los niños españoles son los que más mienten a la hora de entrar en las redes sociales: un 27% de los menores de 13 se inscribe en páginas que no permiten su acceso.

El uso que se hace de Internet es a menudo cuestionado, especialmente por la incompatibilidad con las tareas propias de los estudiantes. Según el estudio realizado por la Fundación Antena 3, el 19.9% del alumnado de Primaria encuestado reconoce estar conectado a Internet mientras hace los deberes, mientras que el 18,8% de los padres sabe que esto sucede. En cambio, el porcentaje se invierte en Secundaria donde sólo el 29,4% del alumnado reconoce utilizar Internet cuando estudia, mientras que el 38,7% de los padres afirma que sus hijos realizan ambas actividades simultáneamente.

Pero, el uso de Internet y las redes sociales no sólo repercute en el ámbito privado. La aplicación del Plan Escuela 2.0. ha generado el debate de cómo utilizarlas en el aula. De hecho, el Departament d’Educació de la Generalitat de Catalunya ha bloqueado el acceso a las redes sociales en las escuelas que llevan a cabo el proyecto eduCAT1X1, aunque éstas no superan el 10% del tráfico total. En este caso, los centros que lo soliciten pueden volver a tener acceso a Facebook y Twitter.

Así pues, el debate está servido. Mientras que por un lado se considera que "distraen", por el otro se convierten en una herramienta fundamental para trabajar con las TIC en clase.

TeRueL 2o1o/2o11